Dios rompió el último faro,
Quemo indultos,
Ni hombre ni mujer para aparearme
O hacerme una felación antes de morir,
Persigo súbditos y grito entre sollozos:
He vuelto, este malnacido poeta
Agonicen en su trono, descorchen los fonemas,
Mi padre en su rancia sabiduría,
Expresó con cordura, el idealismo que cercenara tu cuerpo
Con alhajas y litorales en efervecencia, alégrense bastardos
Mi emperador pago el pecio,
Festejen mientras transcribo
El poema que remarca: No tengo nada más que sus retinas.
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