no me acostumbro a ver el hueco de mis manos
vacías, buscándote en cada línea, en cada huella
no concibo mis delirios huérfanos
si en cada cruce del camino no escucho tus susurros
pesado como plomo, el aire
que ahoga en mi garganta el grito que te llama
a empujones la locura me lanza al vacío
estoy sin fuerzas
sin aliento, porque tu voz ya no me toca
¿dónde te encuentro?
¿en qué calle, en qué vereda, en qué iglesia?
¿en qué mirada, en qué ojera, en qué mejilla?
¿en qué pétalo de rosa, en cuál corola?
¿en qué rayo de luz, en cuál ocaso?
¿en qué agua de qué fuente, en que cántaro?
jamás aprenderé del Leteo el olvido
porque con fuerza y fuego
en mi alma y en mi carne, Vulcano forjó tu nombre
vacías, buscándote en cada línea, en cada huella
no concibo mis delirios huérfanos
si en cada cruce del camino no escucho tus susurros
pesado como plomo, el aire
que ahoga en mi garganta el grito que te llama
a empujones la locura me lanza al vacío
estoy sin fuerzas
sin aliento, porque tu voz ya no me toca
¿dónde te encuentro?
¿en qué calle, en qué vereda, en qué iglesia?
¿en qué mirada, en qué ojera, en qué mejilla?
¿en qué pétalo de rosa, en cuál corola?
¿en qué rayo de luz, en cuál ocaso?
¿en qué agua de qué fuente, en que cántaro?
jamás aprenderé del Leteo el olvido
porque con fuerza y fuego
en mi alma y en mi carne, Vulcano forjó tu nombre
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ResponderEliminarVa un beso agradecido, para ti, señor C y para todos los colaboradores de Una Noche inolvidable.
Ana Lucía
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Estoy escuchando el programa de Tango y Poesía. Espectacular el enfoque que le han dado, matizando con las biografías, la declamación de los poemas, la música... en fin, me ha encantado realmente. No hay un solo espacio monótono.
ResponderEliminarFelicitaciones a Carlos y a Ricardo.
Abrazo agradecido para los dos,
Ana Lucía Montoya Rendon – Colombia