Cabalgando
en “Los Sonidos del Viento”, como en potros alados, se
desparraman por todos los senderos de América y del mundo, desde
hace trece años, los melifluos cantos que vienen desde “La
Quebrada” , para deleitarnos con sus notas mágicas, nacidas ya no
del laúd o de la cítara del beduino o del griego, sino de la quena
del quechua o de la gaita del caribe; que lloran su pena , más
intensa aún, que la de la princesa de Las Mil y Una Noches, que con
subterfugios aplazaba su muerte. Porque la poesía, ¡Oh poetas del
mundo!, no sólo es un canto, sino que también es queja agorera para
engañar a Thanatos , que absorto por el ritmo y adormecido por la
rima nos deja abierto el retorno de La Estigia . Acá en América
hemos superado las Mil y una Noches, con tanta intensidad, como para
hacer de cada una “Una Noche Inolvidable”.
Feliz
cumpleaños.
Reinaldo
Bustillo Cuevas
San Juan
Nepomuceno-Colombia.
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