Llegado un punto de
nuestras vidas, muchos de nosotros descubrimos que, por inercia,
hemos caído en situaciones y rutinas sumamente insatisfactorias. De
pronto comprendemos que no vivimos conforme a nuestros deseos y, aún
peor, que ni siquiera sabemos cuales son esos deseos. Esta es la
clave del problema: DESCONOCEMOS CUALES SON NUESTROS DESEOS más
profundos y verdaderos. Un muro invisible cimentado en la pasividad
nos separa de nuestros sueños, pero abrir una brecha en ese muro no
es tan difícil como pudiera pensarse. Basta un poco de convicción y
empuje.
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