Café
Tortoni – mis comentarios por Maria Isabel Echazu Ribero
Caminando
por Avenida de Mayo al 825 sentimos el irrefrenable deseo de
premiarnos con un buen café y simplemente, El Café Tortoni, nos
invita a pasar y ubicarnos cómodamente en una de sus mesas. Es el
momento de comenzar a recordar parte de su historia, del lugar que
desde la tradicional avenida porteña es una leyenda de la ciudad.
Baldomero
Fernández Moreno
le recita:
A
pesar de la lluvia yo he salido
a tomar un café. Estoy sentado
bajo el toldo tirante y empapado
de este viejo Tortoni conocido.
a tomar un café. Estoy sentado
bajo el toldo tirante y empapado
de este viejo Tortoni conocido.
Este
bar pertenece al selecto grupo de "bares notables" de la
Ciudad de Buenos Aires, que se caracterizan por contarse entre los
más representativos de ella y recibir el apoyo oficial mediante
especiales programas de su gobierno.
El
Tortoni es el paradigma del café porteño, pero poco se sabe de sus
orígenes: una versión cuenta que un
inmigrante francés de apellido Touan decidió inaugurarlo a fines de
1858, el nombre era el de un establecimiento del Boulevard des
Italiens, en el que se reunía la elite de la cultura parisina del
siglo XIX. Y es justamente a fines de ese siglo cunado el bar fue
adquirido por otro francés: don Celestino Curutchet. El local era
frecuentado por un grupo de pintores, escritores, periodistas y
músicos que formaban la Agrupación de Gente de Artes y Letras,
liderada por Benito Quinquela Martin.
En
mayo de 1926 forman La Peña, y le piden a Don Celestino Curutchet,
que les deje usar la bodega del subsuelo. El dueño acepta encantado,
porque según sus palabras: “... los
artistas gastan poco, pero le dan lustre y fama al café...”
En
este café parece que el tiempo se hubiera detenido como en un
daguerrotipo, cuando vemos que aún hoy la gente juega al billar, a
las cartas, o simplemente toman un café entre amigos, el local es
cada vez más una parte indispensable de la historia porteña.
Entre
los asistentes que
lo frecuentaron podemos citar a notables de la cultura: Alfonsina
Storni, Baldomero
Fernández Moreno, Juana
de Ibarbourou, Arthur
Rubinstein, Conrado
Nalé Roxlo, Antonio
Bermúdez Franco , Ricardo
Viñes, Roberto
Arlt, José
Ortega y Gasset, Jorge
Luis Borges, y Molina
Campos entre otros.
Las
mesas vieron pasar figuras de la política como Lisandro
de la Torre, Ernesto
Palacio y Marcelo
Torcuato de Alvear; figuras populares como Carlos
Gardel (quien cantó una vez un tango en homenaje al autor
italiano Luigi
Pirandello, que acababa de dar una conferencia en La Bodega) y
Juan Manuel
Fangio; prestigiosas figuras internacionales como Albert
Einstein y Federico
García Lorca; y jefes de Estado como Juan
Carlos de Borbón.
Carlos
Gardel fue
habitué del lugar por un tiempo y solía ocupar – según
comentario de Enrique
Cadícamo - la mesa del costado derecho, entrando por Rivadavia,
junto a la ventana, donde podía reunirse con amigos sin ser abordado
por sus admiradores.
Unos
de los muros del Café están dedicados a la inolvidable
poetisa, Alfonsina Storni, quien durante muchos años prestigió el
sótano del café. Sus mesas, sus manteles, sus sillones permitieron
el descanso y la meditación de escritores, artistas y bohemios, que
solían escucharla contemplándola extasiados.
Actualmente
el propietario del café es el Touring Club Argentino y la sala La
Bodega, en el subsuelo, es escenario de diferentes artistas de tango
y jazz. También se
realizan presentaciones de libros y concursos de poesía. El café
conserva la decoración de sus primeros años, la salida por la calle
Rivadavia, tiene una biblioteca y al fondo mesas de billar y salones
para jugar al dominó
y a los dados.
Sin duda alguna un
lugar donde no podemos dejar de detenernos cuando caminamos
disfrutando de nuestro Buenos Aires…
....para mas historias, escucha "YO TE DIGO...TANGO" - MIERCOLES 21 HS. (huso horario de Argentina) www.radiodetango.com.ar
cordialmente invitados Carlos Fernandez