A
mis amigos
Hay
amigos
que
son como Dios manda
un
sol para el invierno
o
un fresco manantial en el verano,
abrazo
en la esperanza y en el duelo.
Hay
amigos
que
son como Dios manda
con
ramas en los brazos
y
frutos en los dedos.
Hay
amigos
que
ven lo que no vemos
y
nos prestan los ojos
y
alumbran el camino que nos falta
y
nos llenan de paz y de sosiego.
Hay
amigos
que
rezan por nosotros
sin
compartir el credo
y
piden el mejor de los milagros
y
que todo sea bueno.
Hay
amigos
que
son como Dios manda
con
ramas en los brazos
y
frutos en los dedos.
Tengo
amigos así
y
hoy los comparto
con
todos los amigos
de
mi pueblo.
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