TANGO
Arte
de decir el Tango, inspiración desbordada
inolvidables
sueños fusionados con la vida
escritos
al compás del bandoneón y el drama
en
esas tardes oscuras en que el corazón sufre.
Arrabalero
de corazón, en el piano y en el bar
eres
Tango, tú la esencia de una intensa pasión
y la
expresión de aquella lejana nostalgia
que
se baila con el ritmo de una erótica tristeza.
Eres
Tango, tú, el lenguaje cadencioso
de la
pareja que sensualmente se enlaza
por la
fiesta del deseo, el desengaño,
el
movimiento continuo, la música y el amor.
Al
estar danzando un Tango, se renace
se
aceleran los latidos muy adentro del alma
y el
corazón doliente, se olvida del sufrimiento
y de
los pícaros amores que ya el tiempo contrarió.
El
aire tanguero no se puede confundir
con
ninguna otra melodía dentro de un corazón
ni se
puede impedir, que las voces del Tango
se
escuchen candentes y lujuriosas por todo el universo.
En el
lenguaje del tango, te digo que al escucharte
tú
haces llorar mis lamentos y frustradas emociones
y
haces que emerja mi más profunda melancolía
con
tu prosa y tu singular metafísica.
Tango,
mi querido tango, mi tango amado inconfundible
mi inseparable
compañero, nunca te podré olvidar
llegaste
tú para quedarte convertido en el dorado mito
y en
el cálido y amado lujo de mi paraíso perdido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario