Se me hace que el palco llovizna
recuerdos, que allá en la Avenida se asoman, tal vez, bohemios
de antaño y que están volviendo aquellos baluartes del viejo
Café.
Tortoni de ahora, te habita aquel tiempo. Historia
que vive en tu muda pared. Y un eco cercano de voces que
fueron se acoda en las mesas, cordial habitué.
Viejo
Tortoni. Refugio fiel de la amistad junto al pocillo de
café. En este sótano de hoy, la magia sigue igual y un
duende nos recibe en el umbral.
Viejo Tortoni. En tu
color están Quinquela y el poema de Tuñón. Y el tango
aquel de Filiberto, como vos, no ha muerto, vive sin decir
adiós.
Se me hace que escucho la voz de Carlitos, desde
esta "Bodega" que vuelve a vivir. Que están
Baldomero y aquel infinito fervor de la "Peña",
llegando hasta aquí.
Tortoni de ahora, tan joven y
antiguo, con algo de templo, de posta y de Bar. Azul,
recalada, si el fuego es el mismo, ¿quién dijo que acaso no
sirve soñar?
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