A
QUINQUELA MARTÍN
Tus
manos pintoras, soñaron paisajes
Y
la blanca tela fue un rayo de luz.
Vas
a la ribera, bajo el sol temprano
Con
atardeceres de color azul.
Rumor
de sirenas de barcos que llegan
Que
vienen cansados de su navegar.
Buscan
puertos de óleo, anclas de pinceles
Que
el viejo maestro les supo brindar.
Calle
“Caminito”, “La Vuelta de Rocha”
Con
su caballete lo vieron pasar,
Lo
vieron los botes, las viejas cantinas
Y
toda La Boca, pintar y pintar.
Las
casas sencillas, de cinc y madera
Fueron
toda su alma y su ensoñación,
Igual
que las aguas del viejo Riachuelo
Que
contó a los mares, de su inspiración.
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