DE
CLANDESTINOS Y VAGABUNDOS
Horas
vagabundas
enredan los pasos de la madrugada
deambula,
desamparada, sola,
busca en el oscuro brillo de la cabellera
la
tibieza fría del amor
pasos
que serpean,
salpicadas fragancias espérmicas,
etílicas,
y
desfallecen lánguidos
en el lecho solitario,
donde anida la
nostalgia
y
duermen anestesiados por el dolor
huellas
que
van y que vienen,
sembrando heridas
clandestinas
disfrazadas
sonrisas que germinan
y
mustian como enredaderas sangrantes
que bordan la geografía de la
piel
pies
descalzos besan el asfalto
petrificado de olvido,
y el calor
del hielo
arrulla las cicatrices de historias
bañadas
en miel y en hiel.
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