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martes, 9 de septiembre de 2014

GLADYS SEMILLAN VILLANUEVA – BS.AS. ARGENTINA


FRENTE AL PORTÓN

Dos columnas gruesas de material blanqueado.
En una de ellas una chapa negra de hierro con ciertos adornos en su estructura luciendo un nombre en un relieve bastante importante,
EL CORTIJO”.
Ese portón de hermoso hierro forjado estaba cerrado, el silencio en el jardín era total, nadie correteando entre el follaje que fuera despejado
para que sus cuerpitos no se dañaran con espinas o ramas secas, el césped cortado, apenas húmedo, con la fragancia típica de las especies que lucían lozanas en los canteros, sobre todo un macizo de menta que la abuela cuidaba con esmero.
En la parte trasera siempre ubicada una mesa blanca con sus sillones del
mismo color, esperando a que llegaran los nietos.
Las ventanas abiertas, música, la canasta de dulces en los escondites de siempre, en la cocina los alimentos casi listos solo faltaba ese toque que
le daban cuando ellos se bajaban del coche alborozados.
Calculaban la hora del arribo, miraban hacia la colina para divisar el auto y
entonces en cuanto la trompa del coche se veía, ese bello portón se abría.
En ese preciso lugar los niños bajaban y corrían al encuentro de los abuelos
y la tía.
Se sumergían en un mar de abrazos y de besos como si hiciera una vida que no se veían.
Entonces el silencio se escurría avergonzado ante tanta alegría.
En el interior las habitaciones listas, los jarrones con las flores cortadas temprano, las sábanas perfumadas con lavanda y el sol entrando por las ventanas acompañando con su tibieza la algarabía.
Descubrían rápidamente los cambios que se hubieran hecho, pero lo principal era ya…salir a jugar y buscar los primeros nidos .
Si bien tenían tareas para la hora de la tarde, cada uno con su cesto.
Juntar ciruelas, zapallitos redondos y sobre todo lechuga para acompañar el asado que al atardecer haría el abuelo.
Desde el jardín veían las parcelas sembradas al otro lado de la calle, esas colinas tan maravillosas de Sierra de los Padres.
Era un lujo sentarse a mirar, un poco antes de enero, como las espigas
de trigo ya casi listas para el corte se mecían con la brisa.
Era un mar de oro y a lo lejos los pinos de La laguna.
Una visión para escribir o pintar, que eso hacía la tía.
Repartían las tareas, al otro día había que tener todo listo para ir al mar.
El festín era completo.
Las risas, los llamados, los juegos…el balde ..la pala..el toallón….
TODOS…. ESTABAN TODOS……
Se aferró al portón..ahora cerrado…miró el jardín con desconsuelo. ya no estaba la mata de menta….
Pegó la frente contra los hierros…y lloró….
Dios..cómo se pasa el tiempo..

…………..2014



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