REBELDE
AROMA
Las
hojas amarillas caen
cubriendo
el suelo de hojarasca.
El
colchón que forman
cruje
al pisarlas,
destilando
un rebelde
aroma
de almendras.
Desde
el horizonte los ojos del otoño
festejan
derramando un brillo de luz.
Este
se esparce en el aire
mezclando
amarillos y naranjas,
la
brisa se empecina
en
hacerlas rodar,
corren,
se dejan arrastrar,
vuelan
en círculos, se elevan
y
al instante revolotean en picada.
Estación
tibia y suave
de
mirada somnolienta, reflejos del sol del verano.
Que
resiste a irse, a dejarnos.
Pero
el otoño ya está aquí
deshojando
las ramas
y
poniendo en los ojos
el
fulgor amarronado
que
invade el universo.
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